El “Síndrome del Cuidador” es un trastorno que se presenta en personas que desempeñan el rol de cuidador principal de una persona dependiente y se caracteriza por un agotamiento físico y psíquico. La persona tiene que afrontar una situación nueva para la que no está preparada, consumiendo todo su tiempo y energía. Se considera producido por el estrés continuado en una lucha diaria contra la enfermedad llegando a agotar las reservas físicas y mentales del cuidador.
Normalmente estamos hablando de una mujer entre 40 – 60 años, cónyuge o hija del enfermo, muy voluntariosa y que trata de compaginar el cuidado con sus responsabilidades ordinarias y que no cuenta con el apoyo del resto de la familia.
Según va pasando el tiempo, la cuidadora va asumiendo una gran carga física y psíquica, se responsabiliza completamente de la vida del enfermo, va perdiendo su independencia, sus aficiones, su vida social, se desatiende a sí misma y termina paralizando su proyecto vital.
SINTOMAS DE ALARMA
Los principales síntomas de alarma que nos deben hacer sospechar la existencia del Síndrome del Cuidador son:
1. Agotamiento físico y mental.
2. Labilidad emocional con cambios repentinos de humor.
3. Insomnio.
4. Alteraciones del apetito.
5. Problemas laborales.
6. Tensión contra los cuidadores secundarios.
7. Sentimiento de culpa.
8. Aislamiento social.
CONSEJOS BASICOS
1. Pedir información a su médico de los cuidados que precisará el enfermo y la evolución natural de su enfermedad.
2. Marcarse objetivos reales y no querer solucionar todos los problemas.
3. Reconocer que necesita ayuda, no creerse imprescindible y no sentirse culpable por no ser un “súper cuidador”.
4. No olvidarse de uno mismo. El auto sacrificio no tiene sentido.
5. Descansar cada día lo suficiente.
6. Disponer de un tiempo a la semana para uno mismo y si es posible unos días de vacaciones al año fuera del contacto con el enfermo.
7. Cuidar el aspecto físico y realizar algún ejercicio físico mejorará el bienestar psicológico.
8. Evitar automedicarse e ir a su médico siempre que se encuentre mal y realizar los seguimientos que sean necesarios si padece alguna enfermedad.
9. Mantener las amistades, acudir a reuniones sociales y actividades que le permitan seguir ampliando sus redes sociales. Los vínculos afectivos disminuyen el estrés.
10. Continuar con las actividades y aficiones que siempre le han gustado.
11. No sentirse culpable por reírse o pasarlo bien. Si se siente feliz le será más fácil sobrellevar la situación.
12. Acudir a los profesionales y/o grupos de ayuda de Asociaciones de afectados (Alzheimer, Parkinson……..) resultan muy eficaces.
13. Felicitarse de los logros obtenidos y no fijarse solo en las deficiencias o posibles errores cometidos.
14. Planificar las tareas de la semana y del día estableciendo prioridades entre lo urgente y lo importante. La falta de tiempo es una de las primeras causas de agobio.
15. Expresar abiertamente las frustraciones, los temores o los propios resentimientos es un escape emocional beneficioso.
16. Saber poner límites a las demandas excesivas del paciente sabiendo decir NO sin sentirse culpable.
17. Promocionar la independencia del paciente. No se deben realizar las tareas que pueda realizar por sí mismo aunque lo haga lento o mal.
18. No hay que olvidar que para cuidar de otra persona primero tenemos que saber cuidarnos a nosotros mismos.
COMO PUEDE AYUDAR REIKI
Ya hemos visto que estar cuidando largo tiempo de una persona enferma lleva una carga emocional muy fuerte, pide muchos sacrificios y provoca en la mayoría de las ocasiones una sobrecarga que día a día va agotando, amargando y deprimiendo. Reencontrar sus propias fuerzas, su equilibrio, su alegría de vivir es importante para ellos y también para el enfermo que sentirá a su alrededor alegría y amor en vez de sacrificio y amargura.
Por estas razones es indispensable que los cuidadores sigan los consejos básicos, vistos anteriormente, y si además tienen un "método energético" para mantener un equilibrio saludable, muchísimo mejor.
Una de las mayores prioridades es la atención y el tratamiento energético que los cuidadores se den a sí mismos o que reciban de otros para que puedan recuperar su energía vital y optimismo ya que entonces tendrán el equilibrio para aceptar la situación tal como es.
Reiki nutre de energía vital y saludable a todo el organismo, permite una relajación y reducción del estrés, ayuda contra el insomnio y fortalece el sistema inmunitario. Todo esto hace que se pueda recuperar el optimismo, la alegría de vivir y mejoren muchas patologías consecuencia de esta situación. Se sabe que somos una unidad conformada por cuerpo y espíritu y que mientras mayor sea la estabilidad psíquica, mayores serán también las posibilidades para que mejore el estado físico. Está claro que no nos soluciona los problemas pero si nos puede ayudar y mucho a la manera de enfrentarnos a ellos en el día a día.
 |
| Dr Mario Alonso Puig |
No hay comentarios:
Publicar un comentario